El cruce arcoíris de Miami Beach, ubicado en Ocean Drive y la Calle 12, fue eliminado por orden del estado de Florida.
La remoción ocurrió el domingo 5 de octubre por la noche, cuando un grupo de trabajadores y maquinaria pesada llegó al sitio sin previo aviso. Con excavadoras y mazos, arrancaron una a una las baldosas de terrazo que conformaban el diseño original, obra del estudio Savino Miller.
La ciudad había perdido una apelación legal presentada por el comisionado Alex Fernández, quien trató de frenar la orden emitida en agosto por el FDOT. Según el organismo estatal, cualquier decoración sobre el pavimento que represente “mensajes sociales, políticos o ideológicos” debe eliminarse, bajo el argumento de mantener estándares de seguridad vial uniformes.
Esta misma medida ya fue aplicada en ciudades como Fort Lauderdale y Key West, donde también se retiraron cruces similares.
Reacciones: “Es un desperdicio de dinero y de valores”
El comisionado Fernández no tardó en pronunciarse. A través de sus redes sociales, denunció la forma en que se ejecutó la medida:
“¿Por qué malgastar tantos recursos, tanto dinero de los contribuyentes para quitar algo que es seguro, que es hermoso, que es icónico, que es adoptado por todos?”, escribió.
Aseguró además que el cruce de Ocean Drive era uno de los más seguros de la ciudad, y que su eliminación no tiene justificación ni técnica ni moral. Pese a la derrota judicial, Fernández insistió en que Miami Beach seguirá celebrando la diversidad:
“Esta comunidad será para siempre una comunidad orgullosa e inclusiva, a pesar de los esfuerzos del estado por socavar esos valores.”
¿Y ahora qué?
La ciudad confirmó que espera recuperar los ladrillos que formaban el cruce para reutilizarlos en un nuevo proyecto conmemorativo.
Mientras tanto, ya se han comenzado a colocar nuevas decoraciones en la zona como gesto simbólico de resistencia y continuidad.
La historia del cruce arcoíris de Miami Beach resume mucho más que un conflicto sobre diseño urbano: revela hasta qué punto una decisión estatal puede borrar, sin aviso, un símbolo construido por la comunidad.
Miami Beach no fue la única afectada. La orden estatal ya impactó a otras ciudades con pasos peatonales similares. Pero este caso, por su ubicación emblemática y su valor simbólico, duele más que otros.
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